domingo, 26 de julio de 2015

Egocentrismo... fuente de muchos males.

¿Te has fijado que existen personas que son sumamente atractivas a la vista pero que, en cuanto las conoces un poquito, lo único que deseas es retirarte y no tener ningún tipo de relación con ellas?

Pues, bien…

Aquí comparto contigo algunos hábitos o actitudes en la comunicación que debemos tener muy en cuenta para no caer en ese círculo de personas tan desagradables.
  1. Egocentrismo: Hay personas que, como producto de una exagerada exaltación de la propia personalidad, llegan a considerarse el centro de atención y esto las lleva a hablar todo el tiempo de ellas mismas y no ponen atención en lo que los otros expresan o dicen... como resultado de este fenómeno, poco a poco, pasan al segundo de los hábitos o actitudes desagradables...
  2. Ser cerrado: Lo único que importa son sus pensamientos y su forma de ver la vida. Invalidan o minimizan las otras creencias o formas de expresión. Esto muy fácilmente puede proyectarte a lo que se suele llamar “El síndrome del experto o sabelotodo” que culmina en el tercero de los hábitos o actitudes…
  3. Creernos juez: Es así que comienzan a calificar de “bueno” o “malo”, “bonito” o “feo” lo que los demás hacen o dicen, y todo es medido de acuerdo a sus estándares y conveniencias. De allí nace el cuarto de los hábitos o comportamientos.
  4. No ser recíproco: Cuando ya se sienten "jueces" comienzan a mirar a los "otros" con un cierto aire de superioridad, ubicándose desde una "perspectiva más elevada", y por lo tanto, exigen ser escuchados. Lo curioso es que no ofrecen lo mismo, es decir que pierden el principio de reciprocidad... Cuando los demás expresan sus ideas, en lugar de escucharlos, se introducen en un monólogo interno, buscando la forma de contrarrestar las apreciaciones de los otros. Todo esto desemboca en el quinto y último de los hábitos, que por cierto abundan en nuestra sociedad... 
  5. Ser grosero e irrespetuoso: Este tipo de comportamientos, muy habituales hoy en día, nacen cuando se cumple los pasos anteriores con rigurosa exactitud. A estas alturas, las personas comienzan a ser capturadas por la vulgaridad y la chabacanería, en consecuencia, para imponer sus ideas insultan, gritan y/o comienzan a hablar mal de los demás. Especialmente lo suelen hacer utilizando adjetivos o palabras para descalificar a todos aquellos que piensan diferente.
Conclusión: Considero que la solución radica esencialmente en ser humilde y dejar de creer que nuestra forma de ver las cosas es la única manera de hacerlo. Cuando nos acercamos a los demás con una intención clara de escuchar y aprender, la vida se transforma en una fuente inagotable de exquisita información.

Debemos comprender que quién escucha, aprende mucho más que quien habla, porque el que habla solo es un portavoz de los espacios y lugares en los cuales ya ha participado, de manera que, solo esta repitiendo lo que ya sabe. En cambio, el que escucha esta en pleno proceso de aprendizaje. Por lo tanto, se esta obsequiando el maravilloso momento de beber de otra fuente y percibir la realidad desde otra perspectiva.


Francisco de Quevedo
"La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió"

El egocéntrico, por el contrario, considera que ya nada tiene que aprender. Esto lo lleva a transformarse en una persona soberbia y poco atractiva para compartir momentos con ella. Además, quién parte de estos principios señalados, (egocentrismo y soberbia), difícilmente pueda llegar a tener relaciones y vínculos constructivos, edificantes, dignificantes y especialmente duraderos... tarde o temprano se quedará solo. 

Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico

PNLCBA CONSULTORA